Uno de los mayores daños que puede hacerse a sí mismo es tratar el agotamiento como un desastre vergonzoso e irreparable, cuando, en realidad, es mejor afrontarlo como una parte normal y manejable de la vida.
¿Cómo reconoces cuando la vida comienza a volverse insalubre? Aquí hay algunas señales que pueden indicar que es hora de buscar ayuda:
Contracción
A menudo, la primera llamada de atención es que empiezas a retirarte. Dejas de participar en salidas creativas, te adormeces emocionalmente (a veces con la ayuda de sustancias) y te das cuenta de que no tienes el poder de cambiar tu estado de ánimo en el corto plazo. Mientras tanto, empiezas a perder la capacidad de estar presente en las relaciones. Quizás lo más peligroso de todo es que te digas a ti mismo que estas cosas no son gran cosa.
Abrazar excesivamente el “inclinarse hacia adelante”
Algunas personas van en la dirección opuesta cuando están estresadas y se sumergen por completo en las tareas que tienen entre manos. Esta podría ser una excelente estrategia de supervivencia a corto plazo, pero cuando se practica a largo plazo, el resultado es que uno se siente demasiado responsable de hacer que las cosas funcionen (y cree que sin usted, seguramente colapsarían). Te pierdes y te abrumas con los detalles y parece que no hay un final a la vista. Esto también puede alterar su sentido de identidad, ya que puede tender a identificarse demasiado con la fuente de su estrés y no con quién es realmente en su conjunto.
tu cuerpo habla
Es posible que puedas ocultar cómo te sientes realmente o ignorar el impacto, pero tu cuerpo siempre dice la verdad. ¿Te sientes agotado? ¿Siente dolor crónico? ¿Tiene problemas para dormir? ¿Te enfermas? ¿Más de lo habitual? Vale la pena señalarlo. Está sucediendo por una razón.
Pensamiento extremo
Cuando estás abrumado, también pierdes la capacidad de aceptar la complejidad. Las cosas a menudo se vuelven blancas o negras, correctas o incorrectas, buenas o no. Es posible que se enoje rápidamente, que sea lento para escuchar y que esté menos dispuesto a frenar y considerar todos los aspectos de una situación. La empatía se va por la ventana y empiezas a volverte irritable y/o cínico.
Así como la aptitud física requiere mantenimiento, atención y nuevas estrategias, tu salud mental también puede beneficiarse de la atención profesional para aumentar tu fuerza, flexibilidad y resistencia. Si siente los efectos del agotamiento, considere programar una cita con el Centro de asesoramiento para volver a encarrilar su vida.
- Desafíos Cognitivos:
- Alimentación Saludable:
- Nutrición para el Cerebro: Consume alimentos ricos en antioxidantes, grasas saludables (como el aguacate y el pescado), vitaminas y minerales. Esto apoya la salud cerebral y puede mejorar la función cognitiva.
- Hidratación: Mantente bien hidratado, ya que la deshidratación puede afectar la concentración y la memoria.
- Descanso Adecuado:
- Sueño de Calidad: Asegúrate de dormir entre 7 y 9 horas cada noche. El sueño es crucial para la recuperación mental y física, y afecta tu rendimiento diario.
- Siestas Cortas: Si sientes fatiga durante el día, considera tomar siestas breves para revitalizar tu mente.
- Red de Apoyo:
- Conexiones Sociales: Mantén relaciones saludables y busca apoyo de amigos y familiares. Compartir experiencias y sentimientos puede ser muy beneficioso para tu salud mental.
- Grupos de Interés: Participar en actividades grupales o clubes puede proporcionar una sensación de pertenencia y apoyo emocional.
- Gestión del Estrés:
Conclusión
Fortalecer tu aptitud mental es un proceso continuo que requiere dedicación y esfuerzo. Al implementar estas estrategias en tu vida diaria, puedes mejorar tu bienestar mental, aumentar tu resiliencia ante el estrés y potenciar tu capacidad para enfrentar desafíos. Recuerda que la salud mental es fundamental para el bienestar general, así que cuida de tu mente tanto como cuidas de tu cuerpo. ¡Toma acción hoy para construir un futuro mentalmente fuerte!