En un estudio realizado en el Instituto China-Canadá, los investigadores compararon los microbiomas intestinales entre una muestra de personas mayores sanas (hasta 100 años) sin problemas de salud o enfermedades conocidas y un grupo de muestra de personas de 30 años. El estudio encontró una composición general de microbiota similar entre los dos grupos. Su investigación respalda aún más la recomendación de mantener una población muy diversa de bacterias en el intestino y también correlaciona un microbioma saludable como biomarcador de envejecimiento saludable.
A medida que envejecemos, la microbiota intestinal sufre cambios que alteran la composición y densidad microbiana. En última instancia, estos cambios pueden provocar inflamación y comprometer la inmunidad. Factores como los malos hábitos alimentarios, el tiempo de tránsito lento, la disminución de la función de los músculos gastrointestinales y el uso de medicamentos y antibióticos contribuyen a la inflamación del intestino. La inflamación crónica de bajo grado del intestino se ha relacionado en estudios de investigación con el deterioro cognitivo, la enfermedad de Alzheimer, las enfermedades cardiovasculares, la resistencia a la insulina y la diabetes, la fragilidad, la discapacidad y el cáncer.
Actualmente, las investigaciones continúan respaldando que los patrones dietéticos tienen la mayor influencia en la salud intestinal y la composición de la microbiota. Así es como puede mejorar la salud de su microbioma intestinal.
Probióticos
Estas bacterias beneficiosas se encuentran en alimentos fermentados, como el yogur, el kéfir, el kimchi, el chucrut y el té de kombucha. Busque en la lista de ingredientes cultivos vivos activos, incluidas cepas de lactobacillus. En el caso de los yogures aromatizados, busque variedades con un contenido de azúcar de 15 go menos. Lo ideal es que, para reducir el consumo de azúcar, elija yogur sin sabor y agregue fruta fresca para darle dulzura.
Prebióticos
Estos alimentos ayudan a nutrir las bacterias saludables del intestino. La fibra ayuda a promover el crecimiento de bacterias buenas. Las fibras prebióticas se encuentran en la cebolla, el ajo, los puerros, las alcachofas de Jerusalén, los espárragos, los plátanos, las bayas, la avena, las legumbres, los frijoles y los guisantes.
Ácidos grasos omega-3, grasas mono y poliinsaturadas
Concéntrese en consumir grasas de origen vegetal, incluidas nueces, semillas, aceites vegetales (oliva, canola, cártamo, etc.), aguacates y aceitunas. Además, el uso de Omega-3 que se encuentran en el pescado de agua fría y en los suplementos de aceite de pescado proporciona propiedades antiinflamatorias.
Fibra
Incrementar el consumo de fibra del reino vegetal para mejorar aún más la función intestinal y la salud de la microbiota. Agregue frutas, verduras, legumbres, frijoles, nueces, semillas y cereales integrales para aumentar la fibra en todas las comidas y refrigerios. Además, los alimentos de colores intensos proporcionan un alto contenido de antioxidantes, que se sabe que reducen la inflamación.
Grasas saturadas y trans
Reducir la ingesta de fuentes animales de grasa (p. ej., carnes rojas, leche entera, crema, yemas de huevo, productos porcinos) y alimentos procesados/envasados ayudará a reducir la inflamación. Los estudios de investigación han demostrado que la ingesta de grasas saturadas promueve la translocación de microbios intestinales al torrente sanguíneo, estimulando así una respuesta inflamatoria.
Azúcar
Si bien la formación de productos finales de glicación avanzada (AGE) es un producto final metabólico normal, se produce un exceso de AGE como resultado de una ingesta elevada de azúcar. Esto crea estrés oxidativo e inflamación en las células humanas, causando daño a la estructura celular e interfiriendo con la función celular normal.
Para optimizar su microbioma intestinal, programe una cita con un dietista registrado PRO. Los servicios incluyen educación sobre nutrición general, pérdida o aumento de peso, entrenamiento deportivo, manejo de condiciones de salud y apoyo con la preparación y planificación de comidas.